9.1.17

Una carta a mi alcalde

Querido Fernando:
Ya se ha hecho pública la lista de los galardonados con los premios San Fulgencio 2017 que, como es costumbre y bien sabes, se entregarán en Las Claras el próximo día 16, festividad del patrón de la ciudad y de su diócesis. Es la sexta edición de un premio que tú mismo instituiste para reconocer la labor y, de paso, homenajear a los vecinos más ilustres de esta ciudad. Los que, como se cantaba en el viejo himno, engrandecen su historia dándole más esplendor. Pues bien, desde la primera convocatoria, echo siempre de menos en esa lista, que tú mismo inspiras, a uno de ellos: Gonzalo Hidalgo Bayal. Sí, porque las comparaciones son odiosas y existen los agravios comparativos, sin entrar en los merecimientos de los ya premiados, puedo afirmar que tal vez no haya habido ni hay ni acaso habrá un escritor más importante vinculado a esta ciudad donde no nació (como tampoco otros laureados), pero en la que vive desde hace más de cinco décadas y en la que ha desarrollado el grueso de su labor docente ―en las aulas de los institutos y también en el taller de escritura de la Universidad Popular― con las óptimas consecuencias que todos conocemos. Por lo demás, Plasencia está en el centro de sus narraciones, aunque sea con el hermoso nombre de Murania, y en ella ha escrito, se podría decir, toda su obra.
No me ciega la admiración, Fernando. Todavía tengo criterio. Leo. Además, uno, conservador a ratos, sigue creyendo en el valor de la meritocracia. Por eso lamento el "todo vale" en que este mundo líquido y descreído se desenvuelve, y ahora no me refiero, claro está, a estas distinciones. 
Sé que esta carta me puede a ocasionar algún disgusto. Para empezar, con Gonzalo, amigo, sí, y maestro desde antiguo, porque verá fuera de lugar esta indiscreta misiva. Ferlosiano de pro, recordará lo del "grotesco papelón del literato". Jamás hemos cruzado una palabra sobre los San Fulgencio. Ni lo necesita ni lo espera. Es de buen conformar. Su literatura, ya se ve (acaba de recibir en Oviedo el prestigioso "Tigre Juan" y se ha reconocido su obra con acreditadas recompensas a las que nunca se ha tomado la molestia de presentarse), su literatura, decía, está llamada a empresas mayores y excede con mucho cualquier forma de localismo. Con todo, y no creo hablar sólo en nombre propio, sería la ciudad y esos premios los que saldrían ganando si por fin y sin más dilaciones se reconociera también aquí la excelencia de una obra llamada a perdurar en el tiempo. Y, no lo olvido, a un ciudadano ejemplar e íntegro. No son palabras huecas. Ah, y por si esto fuera poco, añado: bien podría ser el Ayuntamiento que presides quien tomara la iniciativa y lo presentara como candidato a la Medalla de Extremadura, que también está tardando. Plasencia lo merece. Cuenta con mi firma.
Feliz año, cómo no, y un fuerte abrazo.