9.9.13

Tertulianos

Los empezamos a ver, no tanto a escuchar (¿para qué?), en las nuevas cadenas de la tedeté. Extravagantes tertulianos intercambiables, con el don de la ubicuidad, que debatían con redundancia acerca de todo lo humano y lo divino a cualquier hora y en cualquier sitio, poco importaba si a costa de tener que contradecirse. Personajes no pocas veces estrafalarios, procedentes de los sitios más variados: el periodismo, la universidad, la literatura, la política... Ahora se sientan en las cadenas, digamos, serias: Cuatro, La Sexta, Telecinco... Incluso en la pública, perdida en la deriva de su desprestigio. 
De todos, acaso el más pintoresco sea Marhuenda. Es mi debilidad. Boyero le ha dedicado este verano una simpática columna. Sí, para uno, él es el paradigma. La sinrazón.