16.8.11

Ya aquí

Deja uno atrás sol, sal, luz y mar y, tras un viaje algo accidentado, llega a casa de nuevo. Y lo primero que hace, o casi, después de leer unos cuantos correos electrónicos, es volver a este precario refugio del que, bien lo sé, me cuesta separarme. Seguiremos pues.