30.3.11

Las cuatro poéticas de Pureza Canelo

Cuatro poéticas (Pre-Textos), lo último de Pureza Canelo, reúne en realidad cuatro libros de la autora moralejense: Habitable, Tendido verso, Tiempo y espacio de emoción y No escribir. Pero no se trata  sólo de eso, de recuperar lo ya publicado, no, ni mucho menos. En la estela de uno de sus maestros, Juan Ramón Jiménez, Canelo cree en la revisión continua de la obra, en la reescritura de la misma, en la "rehabilitación", como dice ella. Con no ser sus únicos libros (sumo, bote pronto, otros seis), estos atienden a lo que se podría denominar, mejor que "metapoesía" (el término la uso, una de las marcas generacionales de la poesía de los sesenta, Novísimos inclusive), "poesía refleja" o "poesía autocrítica", aquella que vuelve una y otra vez sobre la escritura y lo escrito. Nada más natural en quien ha fijado su vida en la poesía, que es para ella el centro y la razón de ser, la casa donde vive y el aire que respira. Canelo trata a la poesía incluso corporalmente, como si de una amante se tratara. Late en ella el inevitable conflicto entre vivir y escribir, porque vivir no basta ni escribir es la única solución. Al fin y al cabo, aquí se hace patente, según creo, el dilema que planteara  un poeta muy alejado de los intereses de Canelo, Jaime Gil de Biedma, cuando dijo aquello de que "yo creía que quería ser poeta, pero en el fondo quería ser poema".
Pureza Canelo ha llevado hasta el extremo el despojamiento y hasta lo esencial estos poemas escritos a lo largo de los años. Sigue la máxima de que "el poema sólo se abandona, jamás se termina". Al fondo, el problema de la insuficiencia del lenguaje, la tensión entre no repetirse ni callar ("no escribir es escribir de otro modo"). Y un convencimiento: en poesía, lo que no suma, resta.
Con todo, para comprender de manera cabal este proceso, nada como leer el clarificador, impecable y certero estudio del profesor de la UAM y poeta José Teruel que abre la obra. Una vez leído, no imagina uno mejor modo de acercar al lector, cauto o no, este radical experimento que echa por tierra tantas convenciones y lugares comunes.
Teruel habla de las paradojas de la poesía de PC: "la de la soledad habitada, la de no escribir escribiendo o la de un espacio y tiempo reversibles". Precisa que para ella "no es un acto de referencia a la vida, sino de emanación de la vida".
A la espera de la edición de la poesía completa que está ultimando otro profesor y poeta, éste de la Universidad de Extremadura, José Luis Bernal, no deja uno de maravillarse por el reto llevado a cabo por la poeta extremeña. Y a la par que uno envidia su capacidad de sacrificio y de exigencia, me alivia reconocer que mis modestas convicciones no dan para tanto; al contrario que ella, uno piensa que los poemas, una vez escritos, deben permanecer tal cual fueron concebidos, o casi.