6.1.10

Año nuevo, o no

Lo de pensar que el año nuevo trae una vida nueva siempre le ha parecido a uno una solemne tontería. Y mira que me tengo por iluso. 
Aquí seguimos, que no es poco, con las escasas alegrías de siempre (quizá porque las penas cunden más), con las mismas enfermedades (y que no se nos presenten otras, cualquier novedad en esto asusta), con tareas semejantes a las que dejamos (un decir) y, en fin, con parecido tono vital. 
Será por eso que, salvo por el ritual de las uvas, la noche que va del 31 de diciembre al 1 de enero la ve uno como tantas. Ni más ni menos.