10.2.09

Los de Argamasilla

Sí, los de Argamasilla, querido Fernando, no dan tregua. Uno, por ejemplo, incapaz de comprender ni de lejos eso que llaman "hecho poético", pésimo lector de casi todo y en especial de poesía, aprovechando que por Badajoz pasa el Guadiana y el título de la última obra de Irene (comentada aquí, premio "Antonio Machado en Baeza") es Ningún mensaje nuevo, dice, desde los cerros de Úbeda, que el libro "no apela a ese mundo de los blogs, páginas webs o e-mails en el que tantos creadores parecen refocilarse". ¡Uf! Ni Marías. ¿A cuento de qué ese excurso? ¿No se hablaba de poemas? Para liar la cosa aún más, añade: "Tampoco es que se abomine –lo que sería estúpido– de las nuevas tecnologías". ¿Entonces? Y esto, claro, lo publica en su blog, por coherencia. Hay que ser retorcido.
Otro, no menos osado, nos ofrece una pieza exquisita en el Boletín de la RAEX: La Real Academia de Extremadura en Sicilia. Ese pomposo título encubre la crónica de un viaje a la isla italiana de varios académicos... y acompañantes. Una excursión, vamos. Al poco de empezar su caro diario, escribe sobre Mérida: "veíamos a media luz la ciudad romana, se asemejaba a un ánfora achatada, como si la escarcha nocturna hubiera cincelado su perfil anejo y selecto, reflejándolo en rojizos suaves en las mejillas serenas del Guadiana". No me extraña que a una amiga de Badajoz le guste la "buena pluma" del de Jerez. Pues eso. ¡Que no decaiga!