9.7.07

Regreso al Molino

Ayer pudo uno volver a pasar un típico domingo veraniego en El Molino. Lo que durante tanto tiempo fue norma es ahora, ay, excepción. Por eso me supo a gloria. Después de la lectura de la prensa bajo la parra, la comida (paella, of course) y la siesta (con lecturas y cabezadas), me di el paseo. El corto. Me volví a empapar con el agua helada de la Fuente de los Alisos, observé con deleite aquellos viejos parajes inmutables y pude, en fin, comprobar que, contra todo pronóstico, la garganta corre, cosa más que llamativa a estas alturas del año. El perfecto colofón lo puso un baño en el estanque. Como dejé escrito, me volvió a parecer el primero. Pero también el último.