16.6.06

Rioyo sobre Boxoyo

"Hay muchas razones para escaparse a Cáceres. Tiene uno de los más hermosos cascos antiguos. Buenos restaurantes -uno excepcional-, razonables alojamientos, variados bares, pequeñas e interesantes editoriales y una población amable y cercana. La última vez que allí estuvimos fue con motivo del primer Congreso Nacional de Lectura, un éxito para la ciudad, para los editores y los lectores.
Además de estas y otras razones que se podrían encontrar para nuestro viaje a Cáceres, desde hace años hay otro motivo para los amantes de los libros, de la lectura: la librería de viejo Boxoyo. Una ejemplar librería que con mucho esfuerzo y con su amor a los libros -que nada tiene que ver con el amor al dinero- abrió el librero Jaime Naranjo.
Después de haber estado unos años en el centro de la ciudad comercial, con buen criterio y mucho gusto, la librería Boxoyo se trasladó al Cáceres monumental, a la vieja y hermosa ciudad intramuros. Con vistas a la Plaza Mayor, con entrada por el adarve, al lado del palacio de Moctezuma, tiene la familia Naranjo su lugar ideal para acercarnos a esos libros que no tienen fecha de caducidad. Un espacio acogedor, plácido habitáculo para que los viejos libros esperen con comodidad la llegada de los curiosos buscadores. Tiene el encanto de las clásicas librerías de viejo, además de un espacio tan cuidado que nos recuerda a otras librerías inglesas o francesas. Siempre es un placer esa búsqueda de las últimas llegadas, de las sorpresas que uno puede encontrar entre sus estantes de libros que todavía no han pasado a la oferta en la red. Además sigue siendo un placer añadido hablar con el apasionado, generoso y culto librero que es Jaime Naranjo.
Quieren terminar con todo eso. El Ayuntamiento de Cáceres, atendiendo a la extraña petición de un vecino y, según nos cuentan, a un mal cálculo del verdadero peso de los libros almacenados y en prevención de grietas en el edificio que aseguran pueden estar producidas por libros, decide el cierre cautelar de una librería ejemplar. ¿Cerrar una librería? ¿No sería mejor para los amantes de los libros, para los lectores de esa ciudad que ha sido capital del Congreso de Lectura, apuntalar la casa si es necesario, reforzar vigas o comprobar el verdadero peso de los libros? Cerrar una librería, cerrar Boxoyo, es cerrar una de las razones por las que Cáceres nos parece una ciudad tan propicia para escaparnos y para encontrarnos. Muchos ciudadanos de Cáceres se están movilizando para defenderla. Los lectores de los libros sin edades seguiremos a los manifestantes para salvarla. Un paisaje en peligro de extinción".

En Boomeran(g)