3.3.17

Radnóti dixit

La del poeta húngaro Miklós Radnóti fue una vida de novela. Trágica, como la de tantos judíos centroeuropeos del siglo pasado. Quizá la parte más novelesca de su azarosa existencia esté al final, cuando año y medio después de haber sido fusilado, tras haber pasado por el campo de concentración de Bor, al exhumar sus restos, encontraron en el bolsillo de la chaqueta un cuadernos con sus últimos poemas manuscritos. En una nota, Radnóti explica a quién habría que entregar esos textos: "al señor Gyula Ortutay, lector de la Universidad de Budapest".
Martín López-Vega traduce su impresionante Égloga Novena en la revista Clarín. Allí leo: "La poesía es un lugar. Cuando escribo, como cuando leo, no estoy donde mi cuerpo está, lo que es lo mismo que decir que puedo cambiar de lugar con la poesía". Y luego: "En el lugar del poema todo es aún posible". Y después: "La poesía es un lugar por encima de los lugares y un tiempo más allá del tiempo. En ella puede decirse de otro modo, no hay tiempo ni espacio, porque contiene todos los tiempos y todos los espacios. En ella puedo ser y estar cuando quiera y donde quiera. El poema es ausencia en la presencia y presencia en la ausencia". Y para terminar: "La poesía no solo es sentido, la poesía no es solo presencia en la ausencia y ausencia en la presencia, la poesía también es pan y agua".