21.4.16

Colinas dixit

Foto de Eduardo Margareto
Le pregunta el periodista Alberto Gordo a Antonio Colinas (al que entrevista para El Cultural con motivo de la publicación de Memorias del estanque, una suerte de autobiografía poética): "Siendo el género literario más difícil, ¿no es llamativo que haya tanta gente que se crea capaz de escribir poemas?" A lo que el poeta leonés responde: "Hay que distinguir la poesía de la prosa cortada en trozos. La verticalidad no define a un poema. Un poema tiene que tener un ritmo, y un sentido órfico, y tiene que decir en muy pocas palabras lo que el narrador dice en muchas, tiene que tener ese voltaje, esa intensidad. Si no, es lirismo pobre, sentimental, y poco más. Si uno abre un libro de poesía verdadera, la poesía está por todas partes, en cada estrofa, incluso en cada verso". Luego dice AG, "¿Sigue escribiendo al mismo ritmo que ha escrito siempre?"  "Sí -contesta Colinas-, y aquí quiero decir que cada poeta tiene sus ritmos; los hay que escriben cinco libros en toda su vida, y los hay que escriben cien, como Neruda. Es que algunos me dicen que escribo mucho. No lo sé. O que siempre escribo el mismo poema. Pero es que es mi voz la que proyecto. A mi edad, uno ya no cambia, ni en los temas ni en el tono; se vería enseguida. Yo siempre he sido fiel a mi voz. El poeta con una voz siempre escribe el mismo poema. La naturaleza es un gran tema en mi obra, con una presencia quizá abusiva. Pero es una naturaleza que es espejo en que nos miramos, para nada expresión de lo costumbrista o lo rural, sino el ámbito en el que respiramos. O la noche, otra presencia que está siempre. Y sí, he escrito mucho, pero también muy variado: novelas, cuentos, ensayos. Pero todo brotaba con naturalidad, sin pretensiones".