20.3.16

En la terraza


Es Palma. Podría ser Palermo
o cualquier otro sitio de Sicilia.
O Nápoles, una casa de campo
de las muchas que pueblan
las faldas del Vesubio,
como aquella que vimos
en Viaggio in Italia,
el film de Rosselini.

Una terraza amplia
y dos palmeras.
Al fondo, las montañas.
El mar, que no se ve,
se intuye por la luz;
una atmósfera, un tono
que es mediterráneo.

Quien posa es de muy lejos.
Sus rasgos lo delatan.
En su rostro, no obstante,
el color, la mirada
pasarían por nuestros.
Y la melancolía, tan latina.

Alguien que ha muerto
eligió este lugar
para pasar el resto
de lo que fue su vida.
Ella recuerda.
Desde esa barandilla
-la mirada difusa-,
triste le piensa.

Nota: Este poema ha sido publicado en el número 7 de la revista AnáforaLo ilustra un fragmento de una fotografía de Samuel Sánchez.