17.3.15

Sobre Centrifugados

No, no estoy en la fotografía de grupo que ilustra esta entrada, aunque estuve en la placentina Plaza de Abastos (reconvertida en espacio de usos múltiples por mi primo, el arquitecto Luis Ramón Valverde Lorenzo) apenas un rato antes de que se hiciera. Faltan también otros participantes y asistentes a estas intensas jornadas que superan su primera edición con una nota muy alta. Centrifugados, lo volvemos a repetir, ha sido un invento de José María Cumbreño que se ha celebrado en Plasencia porque aquí hay, me atrevería a decir que desde siempre, un buen ambiente literario y un ayuntamiento sensible a la cultura con un alcalde y un concejal del ramo que confían en las propuestas de dos funcionarios municipales doblados de gestores culturales, Juan Ramón Santos y Julio Pérez, y que al cabo las asumen como propias. Unos y otros, en consecuencia, pueden presumir del éxito obtenido. Cumbreño ha querido dedicar este "Primer encuentro de literaturas periféricas" a la memoria de Ángel Campos Pámpano, lo que no deja de ser, además de un detalle, un reto. Superado, según creo.
Confieso que no he asistido a los recitales -ni a los del recinto principal ni a las lecturas en La Puerta de Tannhäuser-, pero sí, por ejemplo, a las dos mesas redondas. La que tuve que moderar, sin casi esfuerzo, pues la profesionalidad de Ferran Fernández, Pepo Paz y Javier Sánchez es proverbial, y la que condujo con mano maestra Hidalgo Bayal, donde la solvencia brilló gracias a Carlos Rod, Marino González y... Acudí además a la conversación de Juan Carlos Mestre y Emilio Torné (con Jordi Doce de cómplice y testigo), que dio la justa medida de lo que es o puede ser una relación -entre ejemplar e ideal- entre el autor y su editor, que culminó con la declamación de un poema inédito por parte de poeta del Bierzo que hizo las delicias de los asistentes quienes le regalaron una ovación digna de un cantante de rock. Asimismo, estuve en la presentación de la antología de los Talleres de Relato y Poesía, tan necesarios como desasistidos por las nuevas autoridades autonómicas, que le recordaron a uno a su impulsor (dibujante de la viñeta que ilustra esos volúmenes), nuestro añorado Fernando Pérez. Por eso ni siquiera acudieron a hacerse la foto.
No se olvide que, amén de los actos programados, ha habido una suerte de feria del libro, pues los editores independientes invitados han mantenido a lo largo del encuentro sus respectivos tenderetes con libros y otros impresos a la venta y más de uno ha quedado, por este lado, muy satisfecho. Y talleres muy exitosos, con entregada presencia infantil.
Aunque las relaciones sociales no son lo mío, he saludado y hasta abrazado a muchos amigos y amigas. Desde Salamanca llegaron las lectoras de la "Torrente" con Isabel Sánchez a la cabeza. Y por allí anduvieron, además de los ya citados y entre otros (perdón por los olvidos), Elías Moro, Antonio Gómez, Teresa Guzmán, Luis Felipe Comendador, los Víctores (Peña y Martín), Carmen Hernández Zurbano, Manuel Moya, Mario Quintana, Álvaro y Cristina (de La Puerta), J. P. Walias y su sobrino Fran Fuentes (y su padre, Paco). el siempre elegante Antonio Marcelino, Ángel G. Espada, Iván Sánchez, María José Muñoz, David y otros caleidoscópicos placentinos, talleristas bayalianos como Rosa Garzón, Tomé, Nandi, etc., amén de algunas poetisas liliputienses a las que uno ha leído pero que ni me saludaron ni reconocí.
La visita al recinto ha sido, sí, muy numerosa. El sábado por la tarde aquello parecía cualquier cosa menos Plasencia, una ciudad de escasas o nulas aglomeraciones (salvo las religiosas: romerías, procesiones...), no digamos por el centro y un sábado por la tarde. La única pega que todos le hemos puesto al sitio elegido tiene que ver con la acústica. Normal si hay gente visitando los puestos y conversando entre ellos (con niños que corren y gritan incluidos) al mismo tiempo que otros, en la otra esquina del local, hablan desde un escenario mientras otros escuchan en silencio. Ya se han planteado posibles soluciones. Sí, porque todos parecen coincidir en que habrá más ediciones. Vi eufórico a Cumbreño (cosa rara), contentos a Juanra y Julio (que han trabajado lo suyo) y más que satisfechos al concejal Custodio (presente en distintas actividades) y al alcalde Pizarro que, por cierto, pasó por allí cuando aquello desbordaba vitalidad y animación. ¿Entonces?