27.12.14

Apostilla

© Salvador Retana
Ayer tarde, mientras daba mi habitual paseo, di en pensar que la nota anterior sobre los mejores libros de poesía de 2014 según los críticos de El Cultural necesitaba una apostilla. Ésta.
Para empezar, le dedicaba mi honroso segundo puesto a los editores y debí anteponer a los lectores. Dicho queda. Cerezo y Marí lo entenderán.
Para seguir, caí en la cuenta de que mencionaba, contra lo que es mi costumbre, a los autores y no los títulos de los libros, que son los nominados. De Los desengaños, Nocturno casi, Ser sin sitioCuaderno de brotes se habló aquí y eso me tranquiliza. Dos son de Tusquets, y el resto de Visor, Pre-Textos y Vandalia. Que conste también.
Por lo demás, cuatro de los cinco elegidos, tipos maduros, pertenecen a mi generación, la de los 80 o de la Democracia, y todos ganamos en su día el Premio Loewe, lo que no quiere decir nada y, a la vez, dirá alguno, todo. Que cada cual...
Llama la atención cómo se ha procedido en las votaciones. Blesa, Benítez Ariza, Colinas, Irazoki y Villena han seleccionado 10 libros cada uno y los han puesto en orden, de mejor (diez puntos) a peor, digamos. Un amigo ha echado la cuenta y me dice que la cosa quedó ajustada: 24 para Lucas y 23 para mí, y eso que dos críticos no votaron por Tánger. Es divertido.
Estas vacaciones laborales estoy rematando un extenso artículo (ocho folios) para la revista Ínsula sobre los libros de poesía publicados este año que debo entregar ya mismo para el Almanaque 2014 que saldrá el próximo mes de abril. Por eso soy más consciente que nunca de los muchos libros excelentes que se han publicado a lo largo de estos meses. No pocos pasaron por este rincón. Libros que, ay, no están entre estos cinco, pero que no por eso dejan de ser importantes.
En fin, aceptemos con una sonrisa estos azares, del mismo modo que hemos aceptado tantos y tantos años los silencios y las ausencias, donde volveremos pronto.

P. D. Me llena de contento el triunfo en Narrativa de mi paisano Luis Landero con El balcón en invierno (Tusquets también) y, cómo no, la medalla de plata para otro paisano, Javier Cercas. A estos amigos pronto los ofrece patrocinio Monago. Cual rockeros. Al tiempo.