6.10.14

Trivialidades

Llevaba tiempo detrás de este libro: Todas las trivialidades, de Logan Pearsall Smith. Lo publicó Trabe en 2010. 
La traducción es de Héctor Blanco y el prólogo, "Ocurrencias de un escritor  de suburbio", de Emilio Quintana. La primera es excelente y el segundo ayuda a ubicar al escritor inglés nacido en Estados Unidos, como Eliot. 
Moralista, cínico, amante de la belleza y del dinero, enemigo del matrimonio, LPS denominó "trivialidades" (trivia) a unas "anotaciones inesperadamente inteligentes y hermosas", de tono aforístico, cuando no aforismos a las claras, como los que componen "Ocurrencias a destiempo", la última parte del libro, a la que anteceden las susodichas "Trivialidades".
Quintana resalta que fue "un outsider, un espectador, un flâneur, siempre al margen de la corriente de la vida, sin otra guía que la elegancia, el sentido común y la buena fe". 
De lo mucho destacable de sus observaciones, me quedo con dos párrafos en defensa de la lectura y del lector. En "Consuelo", después de constatar que se encuentra deprimido en el metro, concluye: "Entonces pensé en la lectura, la hermosa y discreta felicidad de leer. Eso fue bastante: esa alegría no empañada por la edad, ese refinado vicio impune, esa egoísta y serena embriaguez de por vida". Y mas adelante escribe: "La gente dice que lo importante es vivir, pero yo prefiero leer".