6.6.14

Homenaje a Gómez de la Rúa

Ayer vi por casualidad un reportaje de la cadena local de televisión Vía Plata sobre el descubrimiento de una placa que la ciudad de Plasencia ha dedicado, con toda justicia, al maestro republicano Guillermo Gómez de la Rúa, seguidor de la Institución Libre de Enseñanza y participante en las Misiones Pedagógicas, del que el historiador local José Antonio Sánchez de la Calle nos cuenta que "pertenecía a Izquierda Republicana y a la Asociación de Trabajadores de la Enseñanza de la Provincia, organización afín a la UGT, de la que fue vicepresidente y vocal primero. También  fue concejal en el ayuntamiento placentino y colaboró con la Asociación 'Amigos de la Escuela y el Niño'. Era considerado por los responsables de Orden Público del Gobierno Civil, en 1937, como un 'conductor de masas', y fue destituido y depurado en noviembre de 1936". 
La placa ha sido colocada en la fachada del colegio que dirigió hasta que fue depurado y expulsado de la carrera, el "Ramón y Cajal", que bajo su dirección (de octubre de 1934 a noviembre de 1936), "recibió la denominación oficial de Escuelas Graduadas número 1 'Santiago Ramón y Cajal' (el 10 de diciembre de 1934)", como precisa el mencionado Sánchez de la Calle. Un edificio que él salvó de la ruina al que estaba condenado en aquellos años de guerra en los que se usó como hospital para las tropas marroquíes.
Por cierto, esa marcha forzosa de la educación nos permitió ganar un librero, ya que fundó la desaparecida Cervantes con Antonio Calle.
En el acto intervino la directora del centro, Marci Prieto, su hijo Guillermo (velado personaje de una de mis novelas), su nieta Nuria y el alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro, antiguo alumno de ese colegio y docente en excedencia. 
Me gustó el riguroso discurso de Prieto (las ideas de G. de la Rúa siguen vigentes y en lo relativo a la alimentación de los niños de plena y triste actualidad), las emocionadas y escasas palabras de sus familia y, en fin, las de Pizarro, contento porque la desidia municipal (socialista, subrayo) le haya permitido precisamente a él (que mencionó en su breve discurso "el golpe de Estado del 36", algo inusual en un miembro del PP) ser uno de los protagonistas del homenaje. 
En el Día del Medio Ambiente (una de las primeras peticiones del director de las Escuelas Graduadas al ayuntamiento placentino de entonces fue un huerto para los niños) recordó que don Guillermo decía que los maestros eran como "la lluvia", tan necesaria para fecundar los campos. 
Se refirió a los docentes placentinos que ya tienen calle dedicada (como él, ahora, la Avenida de la Salle) y, entre otras cosas, afirmó que es "de pueblos inteligentes y generosos homenajear a sus maestros". Por suerte, es el caso. Me alegro.