30.5.14

Las lecturas de García Martín

Lecturas buenas y malas. Libros que conviene o no conviene perderse (Renacimiento), de José Luis García Martín, no sé qué número hace en la amplia bibliografía del profesor, crítico, traductor, poeta y puede que inventor del selfie. Uno ya ha perdido la cuenta. Lo que sí ocurre en los últimos tiempos es que sus nuevas entregas no lo son tanto; salvo en poesía, reúnen textos publicados con anterioridad. En lo que a la crítica se refiere, esto no es una novedad pues no son pocos los libros que ha editado con recopilaciones de reseñas y artículos que habían aparecido en revistas, suplementos o periódicos. Las que aparecen aquí las hemos venido leyendo, entre otros lugares, en su blog Crisis de papel, uno de los dos que mantiene.
"Criticar por criticar" abre el volumen, un conjunto de aforismos, a los que tan aficionado es, donde, a modo de prólogo, ajusta las cuentas con poetas, críticos y demás familia lírica. "Nadie verdaderamente inteligente se dedica a la crítica", dice el segundo. La provocación es marca de la casa, sí, como lo es su juego con las paradojas, otro de sus deportes literarios favoritos.
"Gente, historias, literatura" agrupa reseñas sobre autores, digamos, clásicos: de Baroja a Borges, de Juan Ramón a Cernuda, con calas en Carmen Laforet, Elena Garro o Enma Penella. Termina con un interesante acercamiento, sin contemplaciones, a la vida y obra de José María Álvarez, ese misterio cartageneroparisino (no sé si clásico o no).
"La crítica asnal y otras críticas" nos devuelve al fiero polemista sin pelos en la lengua, alguien nada diplomático al que le encanta llevar la contraria, un hombre amado y odiado no sé si a partes iguales. Allí, el feminismo, los premios, las mafias...
"Prosas de diario" alude a ese género, el diarístico, del que es arte y parte, un adelantado a esa moda en España. Allí, H. Barrero, Iñaki Uriarte, J. Á. Valente, Trapiello, Malpartida, Freixas...
En "Charlas de café" regresa el tertuliano (de Oliver, por ejemplo), el inventor de conversaciones apócrifas donde preguntas y respuestas suelen ser obra suya y no de los personajes que se sientan a la mesa. Muchos son los convocados y muy sabrosos los comentarios que sobre ellos (su existencia, sus libros) desgrana.
"El arte de editar", que él conoce bien, sirve para poner en su sitio a editores de obras ajenas, poco importa que se llamen Francisco Rico, Fernando Savater o Jerónimo Pizarro.
"Otras gentes, otras historias" es un viaje a libros y autores más exóticos, digamos. Escritores nórdicos, rusos, alemanes, ingleses... Hamsun, Wilde, Hellen, Norwich (y otra obsesión: Venecia), Malaparte...
En "Algo de poesía" reconocemos al JLGM más genuino: el crítico de libros de poemas. Con su particular canon a cuestas, su personal jerarquía: Miguel D'Ors, Luis Alberto de Cuenca, Jon Juaristi, Eloy Sánchez Rosillo, Andrés Trapiello, Luis García Montero, Felipe Bénitez Reyes... Y con sus fobias líricas (siquiera a ratos): Gamoneda, la última etapa de Gimferrer y de Caballero Bonald...
"José Luis García Martín dice lo que nadie dice e incluso en algún caso lo que nadie debería decir", leemos en la contracubierta de este libro sobre libros, algo que a estas alturas de la fiesta casi nadie desconoce.
"Desde 1975" debería colocar Martín al frente de sus entregas, como si de un restaurante, una tienda o un ultramarino se tratase, pues desde entonces realiza, de forma regular y concienzuda, crítica literaria. No es poco.