11.12.11

Circunscripciones

Este es el llamativo título, por lo poco poético, del último libro de Luis Javier Moreno (Segovia, 1946), un poeta necesario de larga trayectoria, autor de libros importantes, que, sin embargo, no suele aparecer en los inventarios líricos que, cada poco, van dando cuenta del panorama. Poco importa. En este volumen, que publica Isla del Náufrago Ediciones, LJM reúne sus "poemas sobre lugares" -de ahí la pertinencia del título-, escritos entre 1965 y 1995. "Cualquier ciudad, afirma en el prólogo, tiene su gramática propia" y él ha interpretado la suya, gracias a estos "textos de naturaleza espacial" que no dejan de ser los "lugares de una (mi) vida", a Salamanca, donde estudió Filología Románica y comenzó a escribir y a publicar junto a otros amigos como Tomás Sánchez Santiago (al que dedica un intenso poema, "Decorados y representación") o Ángel Luis Prieto de Paula (destinatario de "El programa") y donde tuvo lugar un encuentro capital, en lo personal y lo literario: con Aníbal Núñez, que a uno se le aparece, por ejemplo, en el poema "Salamanca. Personajes (2): en-del 36"; a Cádiz y Cidaria ("un sitio real y mítico para mí"), donde vivió y trabajó cuando era muy joven  (Felipe Benítez Reyes fue alumno suyo), y a Granada, con Lorca al fondo.
El libro lleva, además del mencionado prólogo escrito por el autor, otros tres, uno por cada parte. El primero, "Más allá de la contemplación", sobre los poemas salmantinos, lo firma José A. Gómez Municio; el segundo, al frente de los poemas gaditanos, "El salario de las flores", Gustavo Martín Garzo y, el tercero, por fin, delante de los poemas granadinos, "Jardines abiertos", Juan Varo Zafra.
Martín Garzo, que conoce muy bien al autor de Circunscripciones, resume a la perfección el espíritu y la letra del poeta castellano: "A la manera de los epicúreos, que, hasta cuando su casa estaba en llamas, se tomaban tiempo para comerse el pan y beberse el vino, escribir es para Luis Javier Moreno el arte discreto y noble de la supervivencia". ¡Que dure!