1.11.11

Nuevas páginas de Uriarte

En efecto, Iñaki Uriarte publica, un año después, la segunda entrega de sus Diarios. Son anotaciones de 2004 a 2007. Lo que uno dijo de la primera podría valer para ésta. No me hizo caso y sigue sin añadir a su cortísima biografía lo de que "pasa tamporadas en Benidorm", por más que esa ciudad turística siga teniendo protagonismo de personaje en su libro. Como Borges, su gato; María, su mujer; su madre ("ama"); su hermano Antón o algunos amigos.
Tras el éxito de crítica obtenido, la editorial pepitas de calabaza ha colocado una faja roja al libro donde algunos escritores famosos y un crítico -Vila-Matas, Muñoz Molina, Trapiello, García Martín (muy citado) y Jordi Gracia- dejan caer frases elogiosas con palabras que uno suscribe: formidable, naturalidad y agudeza, prodigio de ironía e inteligencia, descreído, etc. Con todo, si por algo van a resistir estos diarios es por el tono, que en literatura lo es todo. Esa es la verdadera marca de la casa, hable de lo que hable, que no siempre, o casi nunca, es sustancial. Nadie menos solemne que Uriarte. Lo mismo se habla de ETA (qué actualidad cobran sus palabras sobre el alto el fuego indefinido o sobre el atentado de Barajas) que de Borges (el escritor, no el gato) y Bioy, o de la enfermedad (su diabetes) y las hipocondrías, ya que a ciertas edades, y más entre jubilados, ese espinoso asunto se convierte, dice, en una verdadera obsesión. O del euskera y el Bilbao de toda la vida, al que él pertenece (lo quiera o no) sin haber nacido allí. Hay una anécdota muy divertida -una entre muchas- donde los protagonistas (involuntarios) son Letizia (aún) Ortiz y su pareja de entonces.
Sigue echando pestes sobre algunos escritores (Jünger, por ejemplo), hace alusión a los blogs (que parece defender), le preocupa, y mucho, esa gente que fue de izquierdas, o eso decían, y ahora están en la derecha más extrema (uno tiene la teoría de que, en realidad, siempre fueron unos fachas y que todo era una simple pose) y un sinfín de apuntaciones que uno lee con sumo placer. De monólogo califica Uriarte su diario. A "estos archivos" se refiere cuando habla de él. Sus lectores, en fin, tenemos claro que forman parte ya del canon sobre el género. Y en una posición privilegiada. Sólo falta, ay, que nos llegue la tercera entrega. Y cuanto antes.