20.3.09

Medallas de Extremadura

Que uno recuerde, nunca hasta ahora había habido este revuelo en torno a la más alta distinción de la Comunidad Autónoma. Quiero decir que nunca antes habían sido tantos, desde distintos colectivos o a título particular, los que proponían a la administración el nombre de sus candidatos. Una prerrogativa, ya se sabe, de la Presidencia de la Junta. Del presidente, mejor. No hace falta decir que no siempre se ha acertado. Es más, algunas medallas han bajado no poco bajo el listón. Me parece bien que los ciudadanos participen, opinen y, en consecuencia, propongan. Sobre todo cuando las altas instancias del poder regional están en manos de personas no demasiado bien informadas, más en lo referente a la cultura.
De las propuestas realizadas, apoyo decididamente dos: la del pueblo portugués de Barrancos y, ahora, la de Ángel Campos Pámpano, a iniciativa de la Asociación de Escritores de la fue digno presidente. Ya adelanté que, una vez muerto, era más fácil que se la concedieran. Antes, como era escritor (poeta, para más señas) y vivía en Extremadura... Ya pasó, por otra parte, con Dulce Chacón.