5.10.08

Play play

Será que lo del "pan y circo" me ha repateado siempre; que detesto, tanto como Ferlosio, el descarado uso político y comercial del deporte, en especial del fútbol; que huyo de las galas y de todo lo que tenga que ver con la cultura-espectáculo (la nueva moda en estas tierras), pero a uno le parece indecente que en plena crisis económica (y no sólo) se gaste lo que no está escrito (sí, es más de lo que dicen) en un festival (otro, el enésimo) de música para, sobre todo y antes de nada, mayor gloria de su promotora. Mientras suena la música, es verdad, la peña está callada. ¿Ese festejo de nombre ridículo (y publicidad bochornosa) le hará sombra al Womad? ¿Qué mérito tiene gastarse el dinero público (1.065.000 euros sobre el papel) en contratar artistas? ¿Beneficia el viejo invento al turismo (dicen que no han aumentado las ocupaciones hoteleras) y, de paso, al proyecto "Cáceres 2016"? ¿Qué repercusión está teniendo la cosa más allá de las páginas locales del Hoy y El Periódico Extremadura? Ante hechos así, qué quieres, a uno le puede el moralista. No es para menos.