31.3.07

Quessep

Me alegro de la recuperación de Giovanni Quessep para la inmensa minoría. Es uno de mis colombianos favoritos. La antología que ha publicado Círculo de Lectores (bajo el hermoso título de Metamorfosis del jardín) nos hurta, para bien, su condición secreta. Puede que deje de ser eso que llaman un "poeta de culto". Podremos conversar sobre su poesía con más amigos, sin duda. Uno, en fin, se quedó hace unos años con ganas de robar un ejemplar de su antología Libro del encantado (FCE) en la casa lisboeta de Ángel Campos. Quedó en amago.

28.3.07

Meme

Acepto la invitación de Santos Domínguez y entro en el meme literario que corre como la pólvora entre blogueros amigos. Tomo el texto del libro que tengo más a mano, las Prosas apátridas de Ribeyro. No son cinco frases (aunque su densidad dé para eso y más) pero sí es la página 139 y el segundo párrafo:

Hay momentos en que el sufrimiento alcanza tal grado de incandescencia que diríase nos cristaliza y nos vuelve por ello indestructibles.

Invito a continuar el juego a Jordi Doce, Álex Chico y Enrique Baltanás.

Basilio

Estoy convencido de que un poema basta para que un poeta sea necesario. Éste de Basilio Sánchez, que leyó anoche en el Auditorio Santa Ana de Plasencia, justifica mi fiel aprecio por su poesía.

LAS BAYAS

Presiento tus palabras a través de los muros
de una habitación que será eterna.

Hay un país que crece
con la sustancia de los sueños
y una casa cerrada
en la que se acumulan los escombros
de una luz suficiente.

Quizá no fuera ésta la vida que esperábamos,
pero sí es el lugar.

Aquí donde se alzan
contra un cielo de piedra
una pared caída y luego otra,
serán nuestras palabras las que nos den cobijo.

Lo poco que tenemos,
lo mucho que tenemos está aquí, delante de nosotros.

Yo pongo la ventana,
tú los tallos, los zarcillos azules,
las silenciosas bayas transparentes.

26.3.07

La web de Fernando Pérez

Después de meses y meses de intenso trabajo, Celes Pérez González ha dado forma a la página web de Fernando Tomás Pérez González, su hermano del alma. Iba a decir "forma definitiva" pero si por algo se caracteriza ese lugar es por su voluntad de ir completando poco a poco lo mucho que dio de sí la vida intelectual de Fernando.
La página saltó a la red coincidiendo con la presentación en la Biblioteca Nacional de España de su libro póstumo, El pensamiento de José Álvarez Guerra. Lo ha publicado la Editora Regional de Extremadura, como tenía que ser. Un honor.
Aquella tarde, después de todo lo que nos había caído encima por culpa de los indeseables de siempre (que pertinaz su enfermiza persecución, amigo), fue un placer recuperar lo que importaba y al cabo importa: el amor a los libros y al trabajo (gustoso) bien hecho.

A sorbos

Creo que Prosas apátridas de Julio Ramón Ribeyro es un libro para ser leído con calma, a sorbos lentos. En su aparente ligereza fragmentaria hay, según creo, bastante densidad. Luego está esa vieja historia común a tantos lectores: al leerlo despacio, el libro dura más. A mí, sin ir más lejos, me da mucha pena que cada vez me queden menos páginas por delante. La mejor señal de que uno ha hecho una lectura provechosa es la cantidad de frases que he ido subrayando y las no pocas anotaciones que han ido quedando en los márgenes. Este es uno de esos libros que siempre tendrá un hueco en mi biblioteca. No es poco.

25.3.07

Dice Fa

Me cuenta Fa Claes que hace "casi tres años (que) ya no vivimos en la paz de los campos de Rijmenam. La edad y otras causas, nos obligó a cambiar esta paz por el bullicio de un cruce con mucho tráfico en Brujas. Me gustaban los campos, pero la belleza y cultura de esta pequeña ciudad pintoresca, superan las delicias de la vida rural y la caza furtiva. Todo en su tiempo: es quizás el mejor resumen del azar". Que conste.

En neerlandés

Hace unas semanas me escribió Fa Claes. Se presentaba a sí mismo como "flamenco, es decir belga de habla neerlandesa, poeta, traductor, doctor en lenguas germánicas de la universidad de Lovaina. (En los últimos años, tenemos que hablar de 'neerlandés', en vez de 'flamenco' o 'holandés' que sólo están estimados como dialectos, una mala costumbre, pero quien se resiste, se hunde)". Después de ejercer como profesor en la universidad donde se doctoró durante más de 32 años, se ha alejado del «mundanal ruido» para residir en Rijmenam, un pueblo belga. Me pedía permiso para traducir un puñado de poemas míos que publicaría en la revista electrónica Stanza de la que es colaborador. Acaban de aparecer. Le agradezco las molestias que se ha tomado. De corazón. Uno ve (que no lee) esa lengua y no puede evitar acordarse de la palabra "complicado". Es verdad que, al escucharla, uno tampoco puede dejar de reconocer que es tan hermosa como todas. ¡Dank!

11.3.07

Caro diario

El día ha dado de sí. Empezó, temprano, con la visita dominical a mi madre. Siguió, tras un vistoso paseo por el espléndido campo extremeño, en el zoco de Ahigal, un mercadillo que llena de mercancías y de gente algunas calles y plazas del pueblo. Continuó con una sabrosa comida en el cruce de Mohedas a la que siguió, después de otro corto recorrido por las orillas del pantano de Gabriel y Galán, un café al sol en una terraza de Hervás. Ha sido el tiempo destinado a indignarse con la lectura de la prensa de día. Qué pena de compatriotas, por llamar a esa tropa de alguna manera. Para terminar, con escala en Plasencia, Alberto y yo nos hemos acercado al molino. El muchacho quería ver a Brutus. No anda muy allá. Y no sólo porque siga cojeando. Dicen que a lo mejor está preñada. Uno... He aprovechado para dar mi paseo "corto". ¡Cómo está el campo! No estaría mal terminar el día volviendo a ver Un viaje a Italia (o Te querré siempre), la película de Rossellini que ponen esta noche en Canal Extremadura Televisión.

10.3.07

Valverde en Cáceres

Me refiero a mi tío, como dice Basilio Sánchez. Anoche inauguramos la exposición que recoge, mediante imágenes y palabras, la vida de un extremeño universal que tocó, ¡y cómo!, casi todos los palos de la literatura: la poesía, ante todo y sobre todo, el ensayo, la traducción, etc. Como maestro, fue inigualable, ¿verdad Ignacio? Montse Lavado, la comisaria de la muestra, y Efi Cubero, que nos puso en contacto con la Universidad de Barcelona, se acercaron para participar en la celebración. Se quería discípulo de Machado y a buen seguro que lo consiguió. Su espíritu, mal que le pese al ayuntamiento cacereño (que prefirió manifestarse contra el gobierno a estar presente en un acto que sumaba en la carrera hacia la capitalidad cultural), sigue vivo en esa ciudad gracias al Aula Literaria que lleva su nombre. Por eso Miguel Ángel Lama sí estuvo.

Viejos tiempos

Vuelve el pijo. Enhorabuena, Lacoste.

7.3.07

Fernando Aramburu y Extremadura

Me escribe el poeta Antonio María Flórez, a propósito del libro Los hombres intermitentes, que también ha leído, y me recuerda que Fernando Aramburu, su prologuista, tuvo en el pasado estrechos vínculos con Extremadura. Fue muy amigo de los también poetas Carlos Medrano y de María Rosa Vicente Olivas. Desde las revistas Cloc y Kantil le abrió espacio a varios autores extremeños a finales de los años setenta. Me cuenta que viajó por nuestra tierra en esa época y de hecho dedicó un número de Kantil a algunos nombres de la joven poesía extremeña (en el 78): Carlos Medrano, María Rosa Vicente, Paco Señor, Lucía Mera y él mismo. “Si la memoria no me falla, añade, Aramburu vino a Extremadura por primera vez por la época de Semana Santa del año 78. No sé si después volvió. Mérida y Don Benito fueron dos de sus estaciones seguras. A Don Benito se acercó a visitar a María Rosa Vicente, que por cierto estaba enferma por esos días. La admiración mutua era grande, más de aquél hacia ella. Paco Señor y yo estuvimos con él en la cafetería Gran Maestre. No recuerdo bien si Medrano y Lucía Mera se alcanzaron a ver con él en esa estadía. El Kantil al que me refiero, salió unos meses después, tal vez en el verano del 78. Yo conservo un ejemplar en Colombia. El texto que me publicaron se titula Paraíso, que luego fue traducido al italiano y publicado en una revista de Sicilia, por mediación de Fernando. Y el ejemplar de CLOC donde publicaron alguno de mis textos (si no estoy mal se llamaba Criticarta Sónica) no sé dónde lo tengo, pero aparece referenciado en el libro CLOC, Historias de Arte y Desarte de Juan Manuel Díaz de Guereñu (Hiperión, 1999)”.

6.3.07

El cuenco de la mano

Es el título del último libro de Basilio Sánchez (Littera Narrativa, Villanueva de la Serena, 2007). En rigor, el primero que publica en prosa. El cielo de las cosas reunía un puñado de prosas, sí, pero al que cabía añadirle el adjetivo "poéticas", de ahí que Fernando Pérez lo incorporara a la colección Poesía de la Editora Regional.
Si tuviera que expresar la sensación primordial que ha suscitado su lectura, aludiría a la fragilidad que lo atraviesa. En más de un momento me ha parecido que las palabras se me iban a romper en las manos. O en el pensamiento. O en la boca. Por su delicadeza, claro, por la absoluta sensibilidad con la que está escrito y que traslada al lector, al menos a mí, a una atmósfera leve y serena donde brilla una luz dorada y transparente.
Todo en él es pura vida. Será por eso que uno ha visto allí al amigo de cuerpo entero, como pocas veces.
No es, en fin, un libro para contar sino para leer. Una joya, sin duda.

4.3.07

Lecturas

He aprovechado la tarde en el molino para leer dos libros recién llegados. Unas páginas de diario de Jordi Doce, La puerta del año, editadas por las Publicaciones de la Antigua Imprenta Sur. A la mejor tradición impresora malagueña se une la excelente prosa de Jordi. Miel sobre hojuelas.
El otro llegó por sorpresa de París. Me refiero a Los hombres intermitentes, de Francisco Javier Irazoki. Hablaba ayer de él Jon Kortazar en Babelia. Es un libro en prosa que es pura poesía. Y de la mejor estirpe, añado. Me tiene atrapado. Lo publica Jesús Munárriz en Hiperión y lleva un interesante prólogo del novelista Fernando Aramburu.

2.3.07

Españoles

A uno no le duele España sino esos españoles que de tanto serlo (es un decir) nos han arrastrado, siglo a siglo, a todas las catástrofes.