31.10.06

Marca Extremadura



Página web de Marca Extremadura.

Montale por Morábito

Hablaba la semana pasada en Cáceres de Fabio Morábito con Jesús Munárriz. Le dije al director de Hiperión que echaba de menos al poeta mexicano de origen italiano nacido en Alejandría en la última antología de poesía mexicana que han publicado en la casa. Él me confesó que le pasaba lo mismo. Fue entonces cuando me comentó que estaba en Madrid, para presentar la Poesía Completa del poeta italiano Eugenio Montale, que acaba de traducir. Le dije también que estaba deseando recibir el libro ya que Fabio me había pedido mi dirección postal para pasársela a Círculo de Lectores. Añadí con sorna que, conociendo a los editores, acabaría comprando el volumen. Sí, es un buen tomo el que ocupan los poemas del autor de Ossi di seppia. Mi ejemplar de Tutte le poesie (1.245 páginas) está fechado en Nápoles, el 9 de mayo de 1992. Debajo, entre paréntesis: "Café Gambrinus. Con Yolanda"

Maltrato escolar

No sé si tiene o no que ver con el tan traído y llevado asunto del acoso o maltrato infantil en los colegios e institutos, pero dos escritores (muy distintos entre sí), Luis Antonio de Villena e Ignacio García-Valiño, abordan este asunto en sendos libros recién publicados. Con independencia de cómo resuelve cada cual su empeño, los dos confiesan abiertamente que fueron niños maltratados por sus compañeros. Como Jean Améry (al que cita en su blog Gonzalo Hidalgo Bayal), uno cree que "escribir es un oficio como otro cualquiera", lo que no impide que nunca haya dejado de pensar que los escritores, por muy personas normales que sean, son, en su mayor parte, seres desvalidos. Al menos los que he leído y conozco. Sin necesidad de ponerse freudiano, una parte de esa orfandad (digámoslo así) proviene de la infancia. De ahí que este viejo tema no haya dejado de estar presente en la literatura (que tanto se nutre, para bien o para mal, de esa época de la vida). La inoportunidad y el pudor me impiden hablar de mí mismo. Con todo, sé perfectamente de qué hablan.

30.10.06

Bendita Naturaleza

Ayer fue un día duro. Los dolores y las agujetas de hoy lo ponen en evidencia. Con las últimas, benéficas lluvias, la entrada del molino estaba de pena. La caseta del motor, el puente, el porche... Entre mi mujer, mi hijo, mi suegra y yo sacamos durante horas cubos y carretillas de tierra, piedras y barro. Cuando las cosas vienen así de mal dadas, uno no puede por menos que abominar, ay, de la bendita Naturaleza. Después de la paliza, mientras comíamos cansados y en silencio, con sutil ironía, mi suegra dijo: "de esto puedes escribir". Y sonrieron todos.

Plácidos

Algunos poetas plácidos (o plácidos poetas) creen que la culpa de sus presuntas desdichas literarias la tienen siempre los otros. A uno también le gustaría ser tan tonto.

De nuevo Curtis

William Curtis, autor de «Modern Architecture Since 1900», conversa hoy en ABC con Juan Miguel Hernández de Léon, arquitecto y director del Círculo de Bellas Artes.

29.10.06

Babel en Yuste

Sí, antes, citando al autor de Piedra de sol, dije que la poesía habitaba en las catacumbas. Pero no sólo sale para que la veamos en Telva o Elle. El pasado viernes, sin ir más lejos, en la capilla del Real Monasterio de Yuste, la pobre salió un rato a la superficie, de la mano del poeta flamenco Anton van Wilderode, gracias a los desvelos de la FAEY. Allí leímos poemas suyos traducidos al español, al portugués, al inglés, al neerlandés y al francés, Ruy Ventura, Miguel Ángel Martín, Beatrijs van Craenenbroeck y uno mismo. Ya se sabe, lo que Steiner denomina la "bendición de Babel". Muy europeo todo, como debe ser. Ruy lo anota en su blog , con un poema de Antonio Colinas incluido.

Ecos de sociedad

Como Espacio/Espaço escrito, la revista Elle cumple veinte años. En su último número, además de lo que se suele encontrarse en ese tipo de publicaciones (a una nuera de la Duquesa de Alba o a una modelo brasileña, por ejemplo), el aficionado a la literatura puede ver y leer (en este orden) sendas entrevistas con dos poetas españoles del momento: Luis García Montero y Manuel Rivas. Son reportajes estupendos. En el primero, situado en Rota, aparece también su mujer, Almudena Grandes (que escribe sobre él), su hija pequeña y un amigo, el también poeta Ángel González. Las fotografías que ilustran el segundo, de Xurxo Lobato, son magníficas. ¿Quién dijo que la poesía habitaba en las catacumbas? Está visto que Octavio Paz como visionario era una pena.

28.10.06

Te voy a dar una lección

Me encanta seguir recibiendo lecciones de Félix de Azúa: me rejuvenece.

Más Mérida

En efecto, no una sino dos veces más ha ganado ese señor el mismo premio. Podría empezar a llamarse como él. A modo de homenaje.
Además del momento entrañable en el que el premiado se declara (por teléfono) "profesional de los premios", me dicen que lo mejor de la velada fue la declaración del alcalde dando a entender que no volverá a presentarse como candidato en las próximas elecciones.

No noticia

Sí, he aquí la no noticia del día: Ramírez Lozano gana su millonésimo premio de poesía, el "Ciudad de Mérida". Juraría que no es la primera vez.

26.10.06

Bento, el traductor

Esta mañana, en Cáceres, se le ha entregado al poeta y traductor portugués José Bento un premio-homenaje por toda una vida dedicada a verter al portugués lo mejor de la poesía española de todos los tiempos. Su elogio ha corrido a cargo de un excelente poeta español, y buen amigo suyo, Francisco Brines. Se ha referido en su ajustado discurso a la puerta que comunica el país vecino desde antiguo (está en el origen de esa lengua) con Galicia y al balcón que en los últimos lustros se ha abierto desde Extremadura hacia esa tierra alargada.
A partir del año próximo un premio de traducción hispano-portugués llevará el nombre de Bento. En cada convocatoria cambiará el idioma y así se irán turnando libros que vienen del portugués al español con los que van del español al portugués.
Ahora que van a cumplirse veinte años de la fundación de la revista Espacio/Espaço escrito, después del agua portuguesa que ha caído benéficamente sobre la literatura de Extremadura durante estas dos décadas, resulta coherente esta nueva vuelta de tuerca a un proceso de incesante acercamiento que ha borrado para siempre la raya que secularmente nos separaba.

De arquitectura

No tiene desperdicio la entrevista de Anatxu Zabalbeascoa al crítico e historiador de la arquitectura William Curtis (en El País, enlace para suscriptores). Gira, sobre todo, en torno a la exposición que el MoMA ha dedicado a la arquitectura española. Para muestra, un botón:

P. ¿La muestra no refleja la arquitectura española actual?

R. Refleja la arquitectura como objeto de consumo. Claro que tiene relación con el problema mundial de las marcas. Si un alcalde provinciano quiere tener reconocimiento mediático, hace como una bodega: piensa en la arquitectura como vía publicitaria. Yo puedo entender que un edificio de Gehry reciba atención internacional inmediata. Pero no debemos olvidar que eso es sólo una parte de lo que la arquitectura puede ser. Si consideras toda la arquitectura como una valla publicitaria tienes un problema como comisario. O todos, como sociedad. ¿Por qué teniendo a gente que ha sabido digerir la historia como Moneo o Navarro Baldeweg, España quiere apostar por el espectáculo?

25.10.06

Jerte

Qué alegría, cómo va esta tarde el Jerte. Parece uno de esos ríos civilizados y europeos que aparecen en las novelas que publica Pre-Textos o El Acantilado. Por La Isla avanza imponente. Por el puente de San Lázaro, desbordado. Ah, esas aguas turbulentas... Lo dicho, pura alegría.

24.10.06

Ciudadano

"El ciudadano es la persona que vive en una sociedad abierta y democrática. En las sociedades cerradas y autoritarias viven súbditos. Acepta los valores, los principios, la dignidad de todos y los derechos humanos, y participa de la vida política y social. Rechaza el odio y la dialéctica amigo-enemigo y se relaciona con los demás desde la amistad cívica. Distingue la ética privada de la pública, que es la propia de la acción política y que fija los objetivos del poder y de su Derecho y la libre acción social. Puede ser creyente o no creyente y defiende la Iglesia libre, separada del Estado libre. Es respetuoso con la ley, tolerante, libre de discrepar desde las reglas de juego de la Constitución y desde la aceptación del principio de las mayorías. La condición de ciudadano se fortalece con la educación y es una responsabilidad central del Estado y de la sociedad".

Gregorio Peces-Barba

23.10.06

Impromptu

Ya verdea la hierba
en los Llanos de Cáceres.
La lluvia ha transformado
en praderas los páramos.

22.10.06

En La Isla

Lo pensaba el otro día mientras contemplaba, desde el paseo gijonés del Muro, la playa de San Lorenzo: aquí pasa como en la Isla placentina, siempre hay alguien. Viví durante años enfrente de este parque (por llamarlo de alguna manera) y cada vez que uno miraba por la ventana, especialmente en estos meses de otoño, veía a alguien allí abajo, paseándose a la orilla del río. Hoy, sin embargo, la he atravesado como (casi) cada día y, cosa rara, no me he cruzado con nadie. He mirado a todas partes y, ya fuera por la hora, ya por la lluvia, no he visto, insisto, un alma. No se incumple, en fin, nuestra casera frase hecha, aunque esta vez haya sido a mi costa. Esta tarde era yo el que justificaba la evidencia: que nunca falta un hombre o una mujer arrastrando su soledad por esa lengua de tierra entre las aguas del Jerte.

21.10.06

De política

Se ufana el candidato de la derecha extremeña a las elecciones autonómicas de ser conocido por el 80% de la población y uno se pregunta si no será ésa su peor baza.

Lvov


(© Guillem Valle)

Esta ciudad (antes) polaca (de Ucrania ahora) me persigue. Ayer compré Mi Lvov de Josef Wittlin (de la preciosa colección Cosmópolis de Pre-Textos) y hoy me encuentro con la agradable sorpresa de que Zagajewski, el poeta de Lvov, presenta en Barcelona (precisamente en Kosmópolis) su nuevo libro: Dos ciudades (en Acantilado). Estupenda la entrevista que firma Jacinto Antón en El País.

19.10.06

Libreros

Sí, y libreras, por supuesto, que en ese plural están unos y otras incluidos, como nos enseñaron de pequeños en los primeros rudimentos de gramática, por más que los usos de lo políticamente correcto se empeñen, con una insistencia que a veces raya en lo ridículo, en querernos demostrar lo contrario.
Libreros, decía, una profesión difícil ahora y siempre, más en un país, España, tan reticente a la lectura. Heroica en esta tierra, Extremadura, donde esa reticencia ha trocado en resistencia hasta tiempos recientes, los que llevamos de autonomía, cuando al fin han podido efectuar políticas de desarrollo cultural y, por tanto, libresco.
A pesar de los pesares, que han sido viejos y muchos, los libreros no han dejado de estar ahí y los letraheridos, en directo o en diferido, a las claras o por la puerta de atrás, hemos ido consiguiendo nuestro extraño propósito de leer libros y hemos seguido entrando a las librerías con un gesto no por repetido menos ritual, casi solemne, a la busca no ya del tiempo perdido sino del tiempo por venir, que de la memoria del futuro hablan sobre todo los libros, base y señal de cualquier sociedad con un mínimo de respeto por sí misma.
Dice el informado Julián Rodríguez que una ciudad de cuarenta mil habitantes ha de tener al menos una librería importante. La mía, que acaba de rebasar oficialmente esa cifra, está en ello. Librerías hay varias; de referencia, no tantas. Se da ahora en Plasencia una doble circunstancia. Feliz, por una parte, y, por la otra, triste. Si empezamos por ésta, la más conocida cierra. “Cervantes”, que así se llama todavía, está en proceso de liquidación. Cuesta creerlo. Han sido tantos años pasando por ella. Primero, de niño, en la calle del Sol, luego en la Plaza Mayor y, por fin, en los dos locales que ha ocupado en la calle Pedro Isidro. Tantos los libros fundamentales que uno ha ido comprando allí. Tantas las horas de merodeo entre aquellas estanterías. Eso por no hablar de los inolvidables ratos de conversación que uno ha mantenido en la planta alta con otros lectores; viajeros (como el citado Julián, Juanvi Piqueras o Irene Sánchez Carrón) o estables (como Gonzalo Hidalgo, mi interlocutor más fiel). Todo esto es ya “sombra de la memoria” y, como diría José Emilio Pacheco, será pronto “materia del olvido”. Por si acaso, uno ha dejado en algunos de sus libros un rastro, no sé si de piedrecitas blancas o de migas de pan, para volver a ese reino perdido de los libros, que está en el centro de mi educación sentimental, donde de ser algo uno fue, sobre todo, feliz; algo que siempre agradeceré a Enrique de la Calle, su dueño.
En esa librería se ha formado Álvaro Hurtado, que abre hoy una nueva librería en Plasencia. Le acompaña en la aventura Rocío, que también trabajaba allí. Como no podía ser de otra manera, porque vienen de “Cervantes” y porque celebran, como todos, el cuarto centenario de la publicación de El Quijote, le han puesto ese nombre. Está donde siempre estuvo “Arenas”, en la céntrica y populosa calle del Sol.
La adaptación al nuevo espacio no será difícil. El local es amplio y la decoración bonita. Además, lo que más nos importa a los que frecuentamos estos sitios no es precisamente eso. ¿Hay algo más estrecho, incómodo y hasta peligroso (lectores con vértigo abstenerse) que la sección de poesía de La Casa del Libro de Madrid? ¿No es angustioso el sótano de la misma sección en la “Cervantes” salmantina? Habiendo libros…
El sábado pasado, por ejemplo, entré por primera vez en una librería famosa de Madrid. Famosa no por lo grande que es, ni por lo conocida, ni siquiera por pertenecer a una gran cadena, sino por haber aparecido en una novela del afamado Javier Marías. Me refiero a “Méndez”. He oído a mi amigo Gonzalo hablar muchas veces de ella. No en vano pasa por ser uno de sus refugios madrileños. Empezó frecuentando su puesto en la Cuesta de Moyano y recala desde hace años en este cómodo local a dos pasos de Sol (un nombre que nos persigue). No me extraña: es una librería como pocas y eso que uno ya ha visitado unas cuantas.
Lo único que deseo es que ni el voluble mercado ni la desaparición del libro de papel que anuncian los agoreros acaben con esos lugares hechos para la felicidad y el conocimiento; que no son, para algunos, sino la misma cosa. Que uno pueda seguir visitando, entrando y saliendo, con libro o sin él, que eso forma parte de su gracia, en librerías de Plasencia, Cáceres, Mérida, Badajoz y cualquier otra parte, porque ésa es una de las pocas maneras que conozco de seguir sintiéndome en casa esté donde esté.

(Nota: Rescato este viejo artículo para sumarme a la buena idea de Txetxu Barandiarán quien tras leer una entrada del blog de Manolo Bragado ha decidido poner en marcha un Mapa íntimo de librerías)

Palacio de Congresos

Esta mañana llovía con ganas en Plasencia pero nadie, claro, se atrevía a quejarse. En El Berrocal (¡ah, donde estarán aquellos "canchos" de nuestra infancia!) se reunía un grupo heterogéneo de gente en torno a la colocación simbólica de la primera piedra del Palacio de Congresos que en ese paraje va a construirse. El proyecto, brillante por muchas razones, es de los arquitectos Lucía Cano y José Selgas, los mismos que han levantado el de Badajoz (que después de estar en la exposición sobre arquitectura española del MoMA está en la Bienal de Arquitectura de Venecia). El propio Selgas ha explicado con detalles cómo será el edificio y en qué ideas se basa. Lo hizo, por cierto, en la más paleta y horrible de las construcciones posibles: el pabellón (?) del Ferial. Por resumir, quieren que sea más parte del paisaje que de la ciudad, de ahí que hayan jugado con la idea de límite (muy Trías). Será muy luminoso y aéreo, con los mínimos apoyos en la tierra. Les gustaría que al verlo alguien pensara que lo ha dejado ahí un helicóptero. Lo ha comparado también con un barco atracado provisionalmente en un puerto al que se accede por una pasarela. También a este Palacio se accederá a través de una. Imponente, sin duda. El consejero de Cultura ha dicho, y con razón, que trae la modernidad a Plasencia. Falta le hace. Salvo contadísimas excepciones, la arquitectura moderna no había pasado hasta ahora por aquí.
Para ser una fecha histórica, la verdad es que no había mucho personal en el acto. Normal, a esas horas... Con todo, el ingenuo que soy ha echado de menos la presencia de (siquiera) un concejal de la oposición. Cómo no van a estar desprestigiados nuestros políticos. ¡Qué pueblo éste!

DVD

La editorial DVD acaba de cumplir diez años de vida. He felicitado a Sergio Gaspar por ello. Una felicitación extensible a aquellos que le han ayudado en el empeño. José Ángel Cilleruelo y Eduardo Moga, por ejemplo. Basta echar un vistazo a su catálogo para comprobar que su aventura ha merecido la pena. Es la pobre poesía quien sale fortalecida. Esperemos que por muchas décadas más. Y que lo veamos, por supuesto.

11.10.06

Una palabra

Esta mañana en Madrid, en el expotren de Extremadura, a petición de uno de los artilugios interactivos de la muestra, el presidente Rodríguez Zapatero escribía esa palabra capaz de condensar lo que significa para él la región y, más en concreto, su transformación durante las últimas décadas. Tras recorrer muy atento los cuatro vagones, la palabra elegida ha sido "justicia".

9.10.06

Carta de Sevilla

Acabo de llegar de Sevilla. Hoy ha tocado de nuevo ese reiterado viaje al Sur. Salí a las seis y cuarto de la mañana y he regresado a las seis y media de la tarde. Muy medido.
El expotren se detenía en un andén de la mediática (por tomatera) estación de Santa Justa. Lucía bonito. Mucho mejor que la primera vez que le vimos Alberto y yo en los calurosos talleres de Renfe. Estaba, en fin, muy cerca del lugar del que salió.
Los viajeros veían encantados de Córdoba. Y de la visita sorpresa de la ministra de Cultura. Todo un detalle.
Da gusto comprobar que a la gente le sigue gustando. Da igual de dónde sea. Buena señal.
Al volver, me he detenido en el Puerta del Sol de Monesterio. Qué raro comer solo en un sitio donde siempre he estado en compañía. Sí, esa parada viene siendo desde hace años obligatoria. Bien lo merece.

5.10.06

Carta de Valencia

Escapada a Valencia. No fuga, ni en compañía. Un viaje veloz y en solitario para recibir al expotrén en la preciosa estación central de ese mediterráneo lugar de la luz. Ni ha habido ni habrá un sitio más adecuado para esa exposición, sin duda. Es mucho, por cierto, el entusiasmo que genera. Y es contagioso. Así da gusto. No hay cansancio que me impida disfrutarlo. Me alegro, sobre todo, por el equipo que ha sido capaz de imaginar esa aventura. O ese vuelo, por decirlo mejor.
Aproveché un rato entre la ida y la vuelta (todo en menos de 48 horas) para pasear por el centro de la ciudad. Hacía calor, un húmedo bochorno, pero mereció la pena. Un libro, unos detalles para los que se quedaron en casa... Desde el hotel (el mismo, ya es casualidad, en el que estuvimos Yolanda y yo hace dos años) pude comprobar cómo sigue creciendo la futurible Ciudad de las Artes y las Ciencias. Gustos aparte, impresiona. Como impresiona el silencio en una habitación de paso cuando cae la noche y uno está, ay, irremediablemente solo.